Un día, durante un recreo, uno de los conserjes tiró por accidente su navaja en un pasillo y yo la encontré. Me llevé la navaja al baño para explorar su anatomía: fue la primera vez que escudriñé una hoja de metal y el espiral de un sacacorchos. Decidí salir al patio con el instrumento en mi bolsillo poco después, embebida por el brillo y el filo que acababa de descubrir en sus partes. Sigue leyendo »Samanta’‘.
Samanta es parte de los textos que trabajo para mi próximo libro de cuentos.
Ilustración de Luciana Rodríguez.